Para Vanessa Ponce de León, la mexicana ganadora de Mis Mundo 2018, portar una banda y una corona va más allá de ser reconocida como la ganadora del certamen de belleza, para ella representa la responsabilidad de generar un cambio en el país.
El amor por México es el principal motor de la Miss Mundo mexicana para ayudar
Vanessa Ponce de León emprenderá una gira por 20 países para apoyar programas de salud y educación infantil


“Para mí portar una corona representa la misión, porque la corona es como una insignia, un diploma. Para mí es el recordatorio contante de que tengo una misión, de que estoy aquí para ayudar a más gente, yo solamente soy un canal, soy un conducto de lo que tenemos que hacer”, declaró Ponce en entrevista para Las Estrellas.
Durante su año de reinado la modelo encauzará todos sus esfuerzos en el proyecto ‘Belleza con propósito’ que lleva por nombre Na’ Vali enfocado en apoyar a los hijos de jornaleros indígenas inmigrantes.
“Les brindamos educación, salud y nutrición, les ponemos unos campamentos al lado de los campos donde llegan y traemos a los niños, les damos dos comidas y tenemos muchos doctores que los están atendiendo y obviamente maestros que les dan educación.
“La idea de apoyar a Na’ Vali no fue algo en el momento, no fue solamente para el certamen, yo llevaba mucho tiempo con ellos, y es un proyecto que necesita apoyo, los niños necesitan ser escuchados, necesitan estudiar y creo que era el proyecto perfecto para llevarlo a Miss Mundo y que recibiera este apoyo tan grande”.

Hace unos días se reunió con el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con el que coincidió en unir fuerzas para apoyar a las comunidades indígenas de escasos recursos. Además, su propuesta la llevará alrededor del mundo a través de una gira que emprenderá por 20 países para identificar sus problemas sociales y apoyar a recaudar fondos para hacer crecer sus programas de ayuda.
La reina de belleza aseguró que su prioridad es apoyar a México y estimular que los programas en los que trabaja tengan una vida a largo plazo, pues, en algunos meses cuando ya no porte la corona, ella seguirá velando por desarrollar programas sociales como la ha hecho desde hace tres años.
Vanessa porta con orgullo la corona de reina, la primera para México en 68 años del concurso. La joven de 25 años es originaria de la Ciudad de México, pero desde muy pequeña se mudó con su familia a Guanajuato donde estudió la carrera de Comercio Internacional. La modelo es voluntaria en la organización 'Migrantes en el Camino' que consiste en atender a migrantes en ciertos estados de la República Mexicana, además, trabaja en una escuela dedicada a dar educación intercultural a personas indígenas.