La mamá es una figura sagrada universal, el pilar de las familias alrededor del mundo. Sin embargo, es un hecho que las latinas tienen detalles particulares en su personalidad y crianza que las caracteriza.
La 'chancla voladora' y otras características de las mamás latinas que nadie más tiene
La mamá es una figura sagrada universal, pero es un hecho que las latinas tienen detalles en su personalidad y crianza que las hace únicas.

Una mamá latina se distingue a kilómetros y quien haya sido criado por una identificará perfecto el significado del vuelo de una “chancla”, las múltiples capas de ropa que le puso para evitar enfermedades y el uso de remedios caseros cuando uno de sus hijos enfermaba.
#1 No hay problema que no se solucione con un caldito o sopita
Cualquiera que fuera el malestar de su hijo, niño o adulto, la mamá latina lo resuelve con un caldito o una sopita, porque “panza llena, corazón contento”. Hasta el momento se desconoce el ingrediente por el que, por alguna extraña razón, las cosas si mejoraban (o por lo menos en ese momento).

#2 La chanca
Ni los métodos utilizados en la Santa Inquisición dieron tanto miedo que el vuelo de una chancha. Este calzado cobró otro sentido desde que las mamás latinas lo utilizan como arma para mantener bajo control a sus hijos, dentro del huacal, como dicen ellas.

#3 El chantaje
Las telenovelas mexicanas hicieron efecto y muchas mamás agarraron las mejores frases para, a través del chantaje, cumplir su cometido, cuando la chancla ya no es suficiente. “Cuando ya no esté, no quiero que llores”; “Me vas a matar de un coraje”; “Me estoy sintiendo mal”, ¿recuerdan estás frases?

#4 El remedio casero
Mamá podía calmar cualquier dolor de cabeza con unas hojas de eucalipto o hinojo, curaban de empacho con aceite de olivo, las infecciones con ajo y el dolor de garganta con limón y miel. El infalible en las caídas siempre fue el “Sana sana, colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana”.
#5 El apego
Si por las mamás latinas fuera, sus hijos estarían en casa hasta los 40, pero bueno, ya los emplumaron y los dejan volar. Pero las llamadas nocturnas y los mensajes para ver si ya hicieron tal o cual cosa siguen presentes. Y la verdad se agradece.
#6 Es tan sabía como contradictoria
Las mamás todo lo encuentran, todo lo saben (si no, lo inventan y resulta), pero también tienen el don de la contradicción que pone constantemente en jaque a sus hijos.
Y es que, cómo olvidar su “haz lo que queras”, que claramente sus hijos interpretaban como una advertencia para que no lo hiciera.
O que tal en la crianza con sus hijos, no se podían levantar de la mesa hasta que se comieran todo lo del plato, mientras que con sus nietos se escuchan frases como “si ya no quieres, ya no (te lo comas)”.

#7 Audaces
Con una mano cargaban al hermanito menor, con la otra terminaban de cocinar, mientras limpiaban la casa y de paso supervisaban al que estaba haciendo la tarea. Y por si alguna razón se te ocurría expresar un “estoy aburrido”, te respondían con un “Ponte a limpiar”.
#8 Con la mirada controlaba todo y a todos
Cuando las cosas se ponían realmente difíciles en la casa, no había necesidad de un solo grito pues las mamás con apenas una mirada controlaban a todo aquel que se le atravesara, incluido al papá.

#9 Celosas
En cuando llegan sus hijos a la adolescencia o en el momento que ven a niñas merodeando a su “bebé”, las mamás se manifiestan a toda hora con frases como “que no tiene casa”; “la acabas de ver y le vas a hablar otra vez”; “esa muchachita (o) no me gusta para ti”.
#10 Incondicionales
Nadie en el mundo hablará de un hijo como lo hace la mamá latina, presumiendo cada logro y enorgullecida de en lo que se ha convertido su criaturita.
