Imagina nacer mujer en un país en el que desde tiempos remotos, existe el supuesto (e impuesto) de que para ser una mujer realizada, debes ser mamá. Ahora, imagina vivir pensando que convertirte en madre es -forzosamente- sinónimo de renunciar a ser algo más.
Culpas por trabajar, criar hijos solas, shock con sus cuerpos: Lo que 150 mamás dijeron
Una encuesta hecha por Las Estrellas revela que el 60% de las mamás no sienten apoyo de sus maridos, mientras que al 40% les da culpa ir a trabajar


Hace unos días, lanzamos una encuesta para conocer lo que tú, mamá mexicana, tenías que decir sobre tu experiencia con la maternidad. Buscábamos tu voz, tu opinión, tu sentir... y encontramos que más de 150 mamás tuvieron mucho que decir.
VERSE AL ESPEJO, EL MAYOR RETO POST PARTO
El 36% de las encuestadas señalaron que lo más duro de dar a luz no fueron los servicios o atenciones médicas -en ocasiones precarias- ni el dolor intenso que sintieron en el momento; para ellas, el reto vino después. Ver su cuerpo transformado, descubrir sus pensamientos desordenados, no poder identificar qué sentían y por qué… eso fue lo más duro.
Recuperarse física y emocionalmente, así como hacerle frente a una avalancha de emociones inexplicables que iban desde sentirse tristes todo el tiempo, hasta tener la sensación de que algo les faltaba, rebasó cualquier otra variable que fungiera como reto alrededor del parto.
Al respecto, el Grupo NB de Psicología, reveló que el parto es, en efecto, una experiencia de gran impacto emocional para la mujer, y que entre el 20 y 80% de madres experimentan un periodo de hipersensibilidad en el que tanto cuestiones físicas como psicológicas y emocionales juegan parte para hacerla sentir distinta, vulnerable.
“EL HOMBRE DEBE SER CONSCIENTE QUE SU ROL NO ES SER PROVEEDOR”
Al preguntarles qué fue lo más difícil de educar a sus hijos, la respuesta más popular fue “que su papá no me ayudaba”, misma que fue elegida por el 33%. Asimismo, sobre qué tanto asume su pareja el rol de ayudar con las labores de la casa y cuidar a los hijos, casi el 60% de las mujeres dijeron que el apoyo del masculino era parcial o nulo.

Sobre ello, la Doctora en Psicología, Investigadora y Académica de la UNAM, Cecilia González Mota, explicó en entrevista para Las Estrellas, que uno de los grandes retos en esta línea sigue siendo que los hombres, al igual que muchas mujeres, hagan un cambio de mentalidad en la concepción de paternidad. “El concepto histórico es que ser padre es igual a ser proveedor únicamente, por lo que el verdadero cambio viene de que sean conscientes que su rol no es ser proveedor, es involucrarse de manera activa en la crianza, el cuidado y la educación de sus hijos” explicó.
De hecho, la co-responsabilidad que se debe tener hacia los hijos debe ser tal, que según la académica lo ideal es que dejemos de hablar de maternidad y paternidad por separado, y comencemos a hablar de ‘parentalidad’, pues bajo este concepto ambos roles sí se ven y se saben involucrados.
40% DE LAS MAMÁS AÚN SIENTE CULPA DE TRABAJAR
La mayoría de las mamás mexicanas encuestadas (44%), dijeron haber dejado su trabajo para dedicarse por completo a sus hijos. Una de las disyuntivas que parece, también le corresponde pelotear a la madre pero que poco pasa por la cabeza del padre. No obstante, el 36.8% manifestó no haber podido parar de trabajar, teniendo que ‘malabarear’ su rol de madre con el de profesional, mientras que el 18.7% dijo haber dejado de trabajar sólo por un tiempo para luego ‘regresar al ruedo’.
Lo verdaderamente preocupante viene aquí, cuando casi el 40% de las mamás afirmaron que se sentían culpables por intentar trabajar y ser mamá a la vez. “El conflicto psicológico suele ser ese: la culpa que carcome a las madres trabajadoras y/o solteras por dejar a sus hijos para salir a trabajar. Deshacerse de la culpa no tiene fórmula mágica, se trata de ser conscientes de que ser mamá no tiene por qué apegarse al estereotipo de ‘madre perfecta’ que se nos ha dicho” dijo Cecilia.

Por su parte, también hubo un amplio número de mamás (35%) que dijeron nunca haber tenido ese conflicto dado que su trabajo, son sus hijos. “Se cree que hay dos tipos de mujeres: las tradicionales, que son las amas de casa y se dedican a sus hijos, y las que son ‘más independientes’, es decir, las que han optado por seguir una vocación, tener economía propia, etc (...) A veces se demeritan unas a otras, pero en realidad ninguna es mejor que otra. Cualquier camino es válido siempre y cuando ese rol te satisfaga y te sientas bien con el ejercicio del mismo ” refirió la Dra. González.
VEO POR MIS HIJOS, ¿Y POR MÍ CUÁNDO?
Dentro de la dinámica que se adopta cuando se es madre, es común encontrar que como mujeres nos abocamos a nuestros hijos y nos olvidamos de nosotras mismas. Poco nos detenemos a reflexionar sobre nuestro bienestar físico y emocional. “Las mujeres, antes que madres, somos seres humanos, y como tal, también tenemos necesidades, cansancio, limitaciones físicas y emocionales” dijo Cecilia.
Por muchísimos años, se nos ha obligado a elegir entre realizarnos como madres o realizarnos como mujeres, cuando en realidad ser madre es sólo una de nuestras facetas. De hecho, el 31.6% de las mamás encuestadas dijo que de poder cambiar algo de su experiencia como madres, sería el haberse sentido más escuchadas y comprendidas. Otras cuantas, lamentaron no haber administrado mejor su tiempo para balancear sus proyectos personales con el tiempo que dedicaban a sus hijos, y por consiguiente, no haberse dedicado más tiempo a ellas mismas.

Por otro lado, un tercio de las mamás afirmaron que el deseo más grande que tienen y que no han podido realizar, es encontrar ese tiempo para reconciliarse con su cuerpo y hacer actividades que las hagan sentirse bien consigo mismas; que como bien decía la Dra. Cecilia, las haga sentir mujeres, antes que mamás. Por su parte, el 23.5% dijo que su deseo estaba más enfocado en ahorrar dinero y únicamente el 9%, habló de cumplir metas profesionales.
SER MAMÁ EN LA TEORÍA VS. LA REALIDAD
Casi la mitad de las mamás que contestaron la encuesta, dijeron que su mayor disociación entre lo que creían que sería la maternidad vs. lo que vivieron, fue que hubo muchos momentos en los que creyeron que no podrían lograrlo. Para otras, el 31.2%, la mayor diferencia entre lo que esperaban y lo que experimentaron, tuvo que ver con la lactancia y las dificultades para amamantar; mientras que el resto se topó con que, distinto a lo que pensaron, tener hijos no fortaleció su relación de pareja.
SER MAMÁ EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Las dinámicas familiares que se manejaban en cada familia cambiaron drásticamente hace poco más de un año, cuando la pandemia de covid-19 azotó al mundo. En esta línea, la mayoría de mamás dijeron que el ‘súper-poder’ que más han desarrollado durante este tiempo de confinamiento, fue el de ‘teletransportarse’: de su oficina en casa, a los cuartos de sus hijos, a la cocina, etc. Seguido por la ‘súper-inteligencia’, al tener que convertirse en mamás y profesoras a la vez, y otros superpoderes como la ‘súper-organización’ y la ‘súper-paciencia’.
“La pandemia vino a hacer todo un cambio de roles y rutinas y que se carga más por este estigma de género, en las mujeres que en los hombres” explicó González.
Aunque el camino recorrido por las mujeres hacia una maternidad menos exigente y más real, es cada vez mayor, aún existen ciertos estigmas que cambiar, y barreras que romper. “Nos falta trabajar mucho en nuestra identidad, en redefinir lo que más allá de la maternidad, significa ser mujer, pues contrario a lo que se piensa, la maternidad no es inherente a nosotras, sino que, más bien, refiere a una construcción social que está en constante evolución” concluyó la Doctora en Psicología.