Así puedes conocer tu ascendente según el signo zodiacal

Es posible que, sobre todo en los últimos meses, hayas escuchado mucho acerca del famoso ' ascendente', ese que todo mundo se quiere leer y para lo cual necesitan saber su hora exacta de nacimiento.

Y es que si tú creías que saber de Astrología era estar al tanto de cuál es tu signo zodiacal, estabas muy equivocada. Y es que, de acuerdo con sitios especializados, tu signo te puede hablar de ciertos rasgos de tu personalidad, tú como ser humano eres mucho más complejo que eso.

Es por eso que lo primero, es hacer una importante distinción. El signo bajo el que tú actualmente te riges y que definiste por tu fecha de nacimiento, es el signo solar, es decir, refiere a la constelación en la que estaba el Sol al momento que naciste.

Pero además de éste, todos contamos con un signo ascendente que se define, como decíamos, con la hora exacta de tu nacimiento, y habla de cómo te ven los demás, de cómo te perciben y de cómo nosotros nos proyectamos con el entorno en general.

El ascendente profundiza, además, en temas como la apariencia física, rasgos, aspectos de la infancia, el inicio de algunas relaciones, entre otras cosas. Para calcularlo puedes o bien acudir a alguien que te pueda leer tu carta astral o encontrarlo en este sitio web.

Ahí sólo deberás colocar tu nombre, apellido, sexo, fecha y hora exacta de nacimiento, así como país y ciudad en la que llegaste al mundo. Una vez que lo llenes y le des "enviar", en el último renglón de los textos en rojo, del lado izquierdo, podrás leer cuál es tu ascendente.

Una vez sabiéndolo, ya puedes buscar qué características tienen las personas bajo ese signo, recordando que aquellas cualidades que leas, aplicadas a tu ascendente, d escriben la manera en la que tú te desenvuelves con la gente y a cómo ellos te ven a ti.

Finalmente, haz de saber que adicional a los signos solar y ascendente, también existe el signo lunar el cual representa nuestra psique y nuestras emociones, diciéndonos, según algunos expertos, quiénes somos realmente.

Y es justo ahí donde radica la principal diferencia con el ascendente, pues mientras éste se encarga de dar una imagen nuestra al mundo, nuestro satélite, la luna, "guarda en nuestro interior lo que realmente somos".