Miguel

Miguel es apuesto, elegante, culto e inteligente. Es experto en finanzas y operaciones bursátiles. Es un verdadero “genio” en lo suyo y un triunfador.

Su éxito se debe a sus grandes aptitudes como financiero y sus pocos escrúpulos como hombre de negocios. Es consciente de su capacidad, y más aún, Miguel es un verdadero megalómano.

Es ambicioso, pero no en términos de riquezas. Sus metas y sus objetivos están siempre ligados a un desafío consigo mismo. Miguel siempre está redoblando la apuesta, empuja el límite.

A los 12 años, tras la muerte de sus padres, fue enviado a estudiar a Europa en selectas escuelas y universidades. Allí obtiene su título en Economía y una maestría en Finanzas. A través de Lamberto, Miguel viaja a Japón e ingresa en Naga Company, la compañía del gran amigo de su abuelo Tadamichi Naga.

Tadamichi será un maestro para Miguel. Lo instruirá en el Bushido, el camino del guerrero. Todo esto formará parte de una transformación, su comportamiento, su manera de pensar, su forma de actuar, estarán más ligadas a Japón que a México. Esto explica cómo Miguel oculta sus emociones frente a los demás y le suma una característica: Miguel no llora.

De la mano de Tadamichi, Miguel ha aprendido la visión del estratega, la paciencia y astucia del sabio y el valor del guerrero. Aprendió a meditar para poder buscar una paz y un equilibrio interno. También fue instruido Kenjutsu, el aikido y otras artes marciales consiguiendo un dominio absoluto sobre su cuerpo, una armonización con la naturaleza que le permite desarrollar sus sentidos más allá del común de la gente.

En el devenir de la historia, el reencuentro con su México natal hará que vaya aflorando esa parte que remite a su infancia, a su familia y a su ser nacional.