Carla
Se obsesiona con el caso de Rubí por razones que tienen que ver con su propia historia personal. Al igual que ella ha vivido en la escasez. Aunque ha sido mucho más metódica y ha tenido la voluntad de graduarse con excelentes calificaciones.
Vive desde hace dos años con Frank, un policía de gran vocación que la suele informar con detalle de los delitos más sonados en el país. Ella está interrogándolo todo el tiempo sobre ese mundo. Viven estrechamente. Entre ambos no ganan suficiente dinero para tener un piso más amplio y digno. A veces se sienten ahogados en un espacio tan pequeño.
Poco a poco, las privaciones van gestando un mal humor en el ambiente. Las deudas los van acorralando. Su forma de liberar el estrés es trotando y oyendo música electrónica en sus audífonos.
Cuestiona el espíritu machista de muchos hombres de su entorno, pero paradójicamente terminará emulando a Rubí en su forma de proceder para conseguir lo que quiere. Ella se convierte en su obsesión. Tiene el corcho de su estudio lleno con fotos y reportajes sobre la mujer que se devoró la fortuna de algunos de los hombres más poderosos del país.
Estudia metódicamente sus videos, sus rasgos, su forma de hablar, su manera de caminar. Terminará transformándose en su mejor discípula.