Es un anciano jovial y desenfadado, el dueño original de la hacienda que ahora maneja Bernardo.
Dicharachero, imprudente y mordaz, aunque honesto y fiel a sus creencias. Es un viejo rabo verde que anda detrás de todas las empleadas domésticas jóvenes.
Tiene una relación difícil con su hija Gabriela; quiere mucho a sus nietas y las protege de ella en lo que puede.
Nadie sabe que Agustín conoce todos los secretos de quienes lo rodean.