Mario es licenciado en Bellas Artes. Le gustaría ser ilustrador de libros, pero se dedica a realizar retratos hablados en una agencia del MP en la Ciudad de México.
Desde que su mujer murió, le resulta indispensable la estabilidad de un trabajo fijo para poderse dedicarse a su hijo Carlos.
Mario es un tipo amable, conciliador, soñador y algo ingenuo, cuyo mayor objetivo en la vida es vivir en paz. La realidad de tener un hijo telequinésico, que está en peligro porque lo quieren secuestrar, lo traslada a un horizonte impensable en el que le cuesta reaccionar y tomar decisiones.
Siempre duda de si está haciendo lo correcto o no, y a veces reconoce su incompetencia frente a su tarea de ser papá. Sin embargo, Mario tiene la habilidad para divertir a Jimena y alivianarla de sus preocupaciones. Su torpeza y verborrea hacen de él un hombre entrañable, al que los demás niños especiales van tomando cariño.