Cuando eres niño, quieres ser adulto y cuando lo eres casi todos se arrepienten, especialmente cuando los treinta llegan y es que no es tan fácil de asimilar, pues pareciera el fin de una era y el comienzo del fin.
10 'tragedias' que te empiezan a pasar en cuanto cumples 30: nunca volverás a desvelarte
Casi todo lo que disfrutaste en los 20 se convertirá, en cuanto pisas el tercer piso, en una “pesadilla”.

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Después de las maravillas que pueden regalar los veinte, la llegada del tercer piso se siente, en muchos casos, como una cubetada de agua fría. Los cambios físicos, sociales y emocionales tienen su impacto.
#1. Las redes sociales se vuelven de lo menos anticonceptivo
Cuando te sientes lista para la segunda ronda dominando al mundo, viajando, comprando a lo loco artículos para tu mascota y con planes de continuar en la soltería, cada scroll que das a la pantalla te topas con que tus compañeros de escuela ya se casaron a otras mostrando pancita de embarazo y a algunos más ya con sus bebés haciendo monerías que te hacen pensar seriamente si ha llegado momento de sentar cabeza.

#2. Ni joven ni viejo
La disyuntiva sobre a qué grupo perteneces comienza a taladrar en la cabeza y es que mientras ya no te sientes tan cómodo en las fiestas de “muchachitos” (mucho menos desvelándote), tampoco es que quieras sentarte a hablar de política con los “señores” (¿o sí).
#3. SE-ÑO-R(A)
La leyenda urbana se cumple, los niños y hasta los de 20 comienzan a llamarte señor o señora y tú sientes como 20 mil puñaladas e intentas a toda costa hacerles ver que, pues no eres tan grande, hablando de las cosas que la chaviza sabe, que por cierto no logras entender.
#4. ¿Adiós conciertos?
Por supuesto que el gusto por la música sigue presente, pero los empujones, pisotones, filas largas, inclemencias del tiempo ya no te parecen tan buena idea, bueno, entre los requisitos que pones para ir a un concierto está entre las primeras opciones el que el recinto tenga asientos.

#5. Todo con moderación
A todo comienzas a ponerle un límite y es que mientras en tus dulces 20 podías echar a hasta retas de shots, ahora, para evitar pagar con creces las consecuencias, empiezas a tomar con moderación, comer con moderación, desvelarte con moderación. Todo (absolutamente todo) con moderación. “Y vendrán tiempos peores”, te advirtieron.

#6. Te identificas con los papás de tus series favoritas
Cuando prefieres dejar de lado el antro y reponerte (solo de trabajar) en casa viendo tus series favoritas, notas que te identificas más con los papás de los protagonistas, cuestión de enfoque, le llaman.
#7. Todo te duele
Por más increíble que parezca, todo te provoca un dolor: si estás mucho tiempo sentada, parada, en cuclillas, acostada, recargada, hincada, por todo se quejarán las articulaciones.

#8. ¿Cuándo salió esa peca? ¿Y esa cana?
Comienzas a tomarte en serio los tratamientos para cuidados del cuerpo, incluso, invertirás más en cremas y cositas para el cuidado de la piel o el cabello que en maquillaje.
#9. Vacaciones
¡Ajá! Hasta la forma en la que decides vacacionar cambia, nada de aventuras, ni tomar decisiones en el lugar al que llegaste. Ahora todo sale bajo plan, desde los costos hasta el hospedaje, no estás dispuesto a pasar una mala noche por lo que en más pones atención es en la cama.
#10. Rechazas solicitud de amistad
Tu círculo de amigos comienza a ser más selecto por lo que ya no aceptas a cualquiera que te mande invitación en redes sociales y mucho menos entablas conversación con cualquiera que se te acerque.