Cómo planear una boda sin enloquecer en el intento: 8 tips que las futuras novias amarán

Tu pareja te dio (o aceptó) el anillo y su emoción por llegar al altar es tal que parece que todos los días caminan sobre una nube. Lamentablemente, este éxtasis no durará mucho, pues cualquiera que haya planeado una boda te dirá que el camino entre el compromiso y la ceremonia que los unirá de por vida puede ser un camino tortuoso.

Estos tips te ayudarán a no enloquecer durante la planeación de tu boda.

#1 El tiempo es tu mejor aliado

Sabemos que no puedes esperar ni un segundo para pasar el resto de tu vida con tu amorcito. Sin embargo, la recomendación generalizada de expertos como la revista Brides es que te tomes con calma este proceso.

En parte, porque muchos de los servicios que desees ya estarán apartados y, en parte, porque podrás tomar decisiones con mayor calma.

En ese sentido, la publicación especializada recomienda tomarse 1 año para los prepativos, mientras que una guía definitiva de The New York Times sugiere al menos 9 meses.

#2 Fijar tu presupuesto

¿A quién no le gustaría tener lo mejor de lo mejor en su boda? Ya sea en cuanto al vestido, la comida o bebida para los invitados, un lugar que haga especial la fecha… La realidad es que todo eso tiene un costo (y pronto descubrirás que es mayor de lo que imaginabas). Para evitar desilusiones y perder tiempo en cosas que no se concretarán, lo ideal es que tu pareja y tú fijen un presupuesto desde el principio.

En este, deben tomar en cuenta si aceptarán ayuda económica de familiares o amigos cercanos y a cuánto ascenderá esta.

Cuando vayan a tiendas o hablen con proveedores, manténganse fieles a los números que acordaron.

Esto también les ayudará a delimitar algunos elementos, como cuántos invitados tendrán o los lugares que podrán reservar.

#3 Tener claras tus prioridades

Para algunas parejas, el servicio religioso es lo más importante, mientras que otras le dan mayor prioridad a una fiesta con mucho ambiente y otras tantas prefieren tener una celebración íntima, pero significativa.

Sin importar cuál sea su caso, es importante que tú y tu futuro esposo o esposa decidan cuáles son sus preferencias para empezar los preparativos desde ahí.

#4 Definir el estilo que buscan

Igual de importante es definir la temática que reinará su boda: clásica, rústica, minimalista, ‘boho’, centrada en sus gustos o ‘hobbies’, etc.

Así, tendrán mayor claridad al iniciar la búsqueda del lugar, adornos y hasta esos detalles que parecen mínimos, lo que facilitará el proceso.

#5 Pedir ayuda

Incluso si has soñado por años con planear tu boda, en el proceso necesitarás una mano. La primera persona que te debería ayudar es tu pareja (al final de cuentas, también es su boda), pero también apóyate en tus familiares, padrinos, damas de honor, ‘best men’ o amigos cercanos.

Recuerda que tus seres más cercanos desean verte feliz en el día de tu boda, por lo que seguro harán todo lo que puedan para ‘rescatarte’ cuando sientas que la planeación ya salió de control.

#6 Agendar un descanso

Entre citas, toma de decisiones, pagos y un largo etcétera, planear una boda puede sentirse como un trabajo extra. Para que no te consuma por completo, procura tomarte descansos de vez en cuando.

Algunas ideas para despejarte pueden ser una tarde de películas y series en Netflix, visitar ese lugar que habías querido pero no habías podido, hacerte una manicura, practicar tu deporte favorito o tener una cita con tu pareja. La única regla es que en ninguno de estos momentos puedes hablar o siquiera pensar en los preparativos.

#7 Tomar con moderación los DIY

Hacer tus propios recuerditos, invitaciones o centros de mesa puede parecer una gran idea para ahorrar dinero y darle un toque más personal a la fiesta, pero, antes de meterte de lleno en estos proyectos, revisa tu lista de pendientes y toma en cuenta cuánto tiempo realmente les puedes dedicar.

#8 Contratar un ‘wedding planner’

No todos pueden costear sus servicios, pero la guía de The New York Times para planear una boda sugiere ampliamente contar con uno: “Si tu presupuesto lo permite y no te quieres preocupar por los detalles, vale la pena el costo. Si puedes preocuparte por los detalles, considera contratar uno que se haga cargo el día o la semana de la boda, que pueda atender detalles inesperados de último minuto”.