“¡Para eso trabajo!”. Seguramente es una de las frases que a muchas de las “compradoras compulsivas” les ayuda a mitigar la culpa por comprar una misma prenda en todos los colores que sacaron, por ejemplo.
"Para eso trabajo": confesiones que sólo una compradora compulsiva entenderá
Si eres de las que entra en pánico cuando no encuentras talla en los artículos del momento, seguramente te identificaras con estos puntos.

Y es que, claro que se han aventado tutoriales de cómo hacer compras más conscientes, pero para una amante (por no decir adicta) a las compras, perderse un Black Friday es casi como un pecado.
Si eres de las que entra en pánico cuando no encuentras talla en los artículos del momento, seguramente te identificaras con estos puntos.
#1. Comprar algo dos veces porque ya ni te acuerdas
Resulta que al llegar a casa te das cuenta de que, no tienes uno, sino dos pares del mismo modelo de tenis, y bueno en temas de cosmética, puedes tener una caja llena con el mismo labial.
#2. Calendarizas los días de rebaja
Podrás no acordarte de tu aniversario o el cumpleaños de tu novio, pero los periodos de descuentos están marcados en el calendario, con recordatorio previo y todo.
#3. Tienes tantas tarjetas de crédito como estrellas hay en el cielo
Todos los bancos son tus amigos, tienes tarjeta con cada uno. Eres la que sabe todos los tejes y manejes en descuentos, anualidades, días de corte, puntos de regalo y más.

#4. El drama de que unos zapatos ya no estén disponibles en tu talla
Tú que vas a saber de dolor, si nunca has llegado a la tienda y ya no tienen el calzado de moda en tu talla.
#5. Odias la advertencia de “agotado”
Otro drama se avecina en tu vida cuando en las compras en líneas te encuentras con la leyenda de “agotado” sobre el único producto por el que visitaste la aplicación.

#6. “Démela en todos los colores”
Por su puesto que no querrás arrepentirte ya en casa por no comprar la prenda en todos los tonos disponibles, para algo te han de servir.
#7. Presa fácil de todo vendedor
No es que no sepas de decir que “no”, es que cualquier catálogo que llega a tus manos tiene precisamente lo que estabas necesitando (o que en algún momento puedes utilizar).

#8. Me lo merezco
Cuando la culpa o los sermones de quienes te conocen empiezan a hacerte ruido a la hora de hacer tus compras, siempre hay una frase que te regresa al camino del bien. “Para eso trabajo”, “Me lo merezco”, “Vida solo hay una”, “La otra quincena ahora sí ahorro”, “Y si luego ya no lo encuentro”, “Lo que se hace con gusto, se disfruta sin culpa”, “Solo voy a ver”.
#9. Tienes ropa y productos aún con etiquetas
Tu clóset y alacenas están repletas de productos que aún no se utilizan, algunos ya hasta su caducidad venció.

#10. “No tengo nada qué ponerme”
Es el pretexto perfecto para ir por segunda vez en la semana de compras, aunque tu clóset está a reventar.