PUBLICIDAD

La mamá de Ramiro tiene que elegir entre quedarse con su novio dealer o a luchar por su hijo

Fidel, el novio de su mamá y quien ha sido clave en la destrucción de su familia, llega a vivir a la casa de Ramiro. Ahí, continúa arrastrando a Clarisa más hondo en su adicción. Como si no fuera suficiente, se toma la libertad de empeñar la guitarra que Ramiro tanto ama, solo para conseguir dinero y seguir consumiendo.