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Mario es un padre gruñón y está empeñado en que Angelito sea un genio

Aunque el niño ya tiene conocimientos propios de un alumno de primaria, para él nunca es suficiente. Romina, la madre del pequeño, comienza a darse cuenta de que esa presión desmedida tiene un origen: el propio padre de Mario le exigía al extremo para destacar en todo.