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Azucena se creyó la mentira de que Everardo era un chavo riquillo

Azucena vio a Everardo bien vestido, con seguridad, sin cara de pobre, y pensó que sería su próximo objetivo fácil. Pero lo que no sabía era que Everardo apenas tenía para sobrevivir y que todo su dinero que tenía era para operar a su mamá.