Capítulo 47: Alejandro suplica el perdón de Montserrat

Alejandro va a casa de Montserrat para conocer a su hijo. Rosario le abre la puerta y lo recibe con un abrazo, pero Graciela le pide a Rosario que se retire a la cocina rápidamente. Alejandro le deja en claro a Graciela que Rosario merece más respeto de su parte, pues ella es su madre y no permitirá que la trate como una sirvienta. Graciela se queda sin palabras y le pide a Alejandro que mejor suba a la recámara a ver al niño y a Montserrat.

Montserrat se sorprende al ver entrar a Alejandro en la habitación, le pregunta qué hace en su casa y él responde que quiere ver a su hijo y aprovecha la oportunidad para suplicarle perdón a Montserrat por haber dudado tanto de ella. Montserrat no acepta sus disculpas, pues recibió muchas ofensas y humillaciones de su parte, pero lo que más le duele es saber que nunca creyó en ella y que rechazó a su hijo cuando aún estaba en su vientre.

Alejandro se hinca ante ella y le pide una oportunidad, pero Montserrat se niega y le recuerda que su abogado lo visitará nuevamente para que firme el divorcio, pues de ninguna manera pretende estar casada con un hombre sin escrúpulos como él. Alejandro no tiene más remedio que irse de la casa de Montserrat, pero Rosario le aconseja que sea paciente y que no se de por vencido.

Graciela no puede creer que Montserrat se haya negado a darle el perdón a Alejandro y le advierte a Carlota que hablará con ella, pero Carlota le exige que no se meta más con Montserrat. Graciela no tolera las ordenes de Carlota y decide correrla de su casa, gritándole que es una mantenida. Carlota la enfrenta y le dice que si la corre de su casa, ella le dirá a todo el pueblo la razón por la cual se fue, y revelará que Graciela le fue infiel a su hermano Lauro Mendoza.

Dimitrio decide ir en busca de Alejandro y exigirle la mitad de la herencia de Benjamín Almonte, pues ahora que sabe que Graciela fue amante de Benjamín, sospecha que él es hijo de Benjamín y no de Lauro Mendoza. Alejandro duda de las palabras de Dimitrio, pero le asegura que de ser cierto, le dará la parte que le corresponda.

José Luis está muy delicado de salud en el hospital y pide ver a Montserrat, cuando ella llega, José Luis le pide que le mienta y le diga que aún lo ama. Montserrat acepta y le dice que jamás lo ha dejado de amar, pero en ese momento Alejandro abre la puerta y escucha todo lo que Montserrat le está diciendo a José Luis, sin saber que se trata de una mentira piadosa para cumplir el que podría ser el último deseo de José Luis.

Alejandro enloquece y sale furioso del hospital, imaginado a Montserrat y José Luis en diferentes escenarios y jurándose amor eterno, además de creer que Montserrat se entregó a José Luis cuando ya era su esposa. Es tal el enojo de Alejandro que ve reflejados a Montserrat y José Luis en una pareja desconocida y se lanza a golpear al hombre que resultó ser un total extraño.

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