Si Bárbara fue siempre lo que Matilde no quería para una hija, Coqui fue todo lo contrario.
Coqui
Coqui es aplicada, responsable, obediente y recatada










Aplicada, responsable, obediente y recatada, fue el ejemplo de hija que Matilde quería... hasta que se embarazó a los 16 años.
Coqui, durante su estancia en un internado, irónicamente descubrió lo que era la libertad y se permitió una relación con el jardinero del lugar. No contaba con que él desaparecería a los pocos días y que ella quedaría embarazada.
Con ayuda de Bárbara, ocultó su embarazo todo el tiempo que pudo, pero cuando su madre se enteró, sintió que la había defraudado. Lo que no imaginaba Coqui es que la perversión de su madre sería tal hasta hacerle creer que su hijo había nacido muerto.
Coqui vive desde entonces con el dolor de esa ausencia y ni siquiera puede hablarlo con nadie porque todo Santa Prudencia condenaría su “pecado”. Para tapar ese “deshonor” e intentar, de alguna forma, recuperar el respeto de su madre, donde quiera que se haya ido, Coqui se esfuerza para hacer todo tal como Matilde hubiera querido, aún dejando su propia felicidad en el camino.