Cayentano

Tan sensible como humilde, Cayetano, chofer de don Arturo, se convierte en novio de Cristina y casi un padre para Fernandita.

A la vez, es repudiado por Rubí por tener la misma “enfermedad” que su familia: la pobreza.

Vive en un barrio muy humilde y peligroso. Hizo sacrificios incontables para comprarse un modesto carro y trabajar como taxista.

Es poco el tiempo libre de Cayetano porque su idea es trabajar sin descanso hasta lograr ahorrar lo suficiente para comprarse una pequeña casa. Es de esas personas que sienten que hasta que no posean techo propio no pertenecen a un lugar.

Posee una honradez a prueba de balas y dinero. Ese es su mayor capital. Tiene gustos modestos y plenos. Un buen plato de tacos. Un buen trago de tequila. Un buen partido de futbol en la tele. No le pide mucho más al mundo.

Cayetano irá a buscar a Cristina todos los días a la salida de su trabajo. Conversará de la vida con ella como nunca lo había hecho con nadie. Descubrirán sus zonas comunes: el baile, las palomitas de maíz y el bosque de Chapultepec. Se reirán a carcajadas de sus problemas y terminarán abrazados prometiéndose el amor eterno.