En 2010, la gastronomía de México fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO y Juana Bravo es una de las cocineras michoacanas que se encarga de transmitir nuestra cultura por el mundo.
Desde las entrañas de la Sierra Madre Occidental, Don Balbino se dedica a la cafeticultura, proceso que hace posible que el café mexicano llegue a las mesas de hogares y negocios alrededor del mundo.