Alejandra investiga al respecto y le informa a Andrés sobre el padecimiento que puede tener Julia.

Al quedarse sola en casa, Violeta toma el licor que la manda directo al hospital.

Tras ser reprendida por su padre, Violeta se refugia en los regalos que recibe por parte de Silvia.

El papá de Violeta se ofrece a cuidarla, para que Celeste esté al pendiente de su madre.

Celeste asume la responsabilidad de procurar a su familia, pero se ve en un predicamento al perder su empleo.

Desde que llega a vivir a casa de su papá, Violeta está fascinada con su madrastra, quien la consiente en todo momento.