La policía arresta a Luciana por ser la presunta asesina de Trujillo.

Tamara golpea a Cristina por enfrentarla, pero Luciana defenderá a su hija de la maldad de Tamara.

Juan de la Cruz culpa a su madre de usarlo para expiar sus pecados; ella le asegura que merece un castigo divino.

Luciana confirma que Cristina es su hija y ruega porque su hija la perdone por abandonarla.

Luciana recuerda las palabras de Ana Joaquina diciéndole que Cristina es su hija; duda, pero Juan de la Cruz se lo confirma.

Ana Joaquina ofrece a Luciana decirle el nombre de su hija siempre y cuando confiese su culpa por la muerte de Trujillo.