Miguel Palmer: Una vida marcada por la irreparable pérdida de dos hijos
Luego de darse a conocer la muerte del actor Miguel Palmer, este lunes 18 de octubre, a causa de dos infartos cardíacos, según reportan diversos medios de comunicación, recordamos algunos de los momentos más importantes en su vida.
El histrión, de 78 años de edad, es mejor recordado por haber protagonizado la telenovela 'Bodas de odio', en 1984, y la cual protagonizó junto a la actriz Christian Bach, quien falleció en 2019. Asimismo, el actor también formó parte de grandes melodramas, como 'Al final del arcoiris', 'Herencia Maldita' y 'Dos Hogares', entre tantas más.
En cuanto a su vida personal, Palmer contrajo matrimonio en tres ocasiones distintas y en dos de los cuales sufrió la irreparable pérdida de un hijo, respectivamente. Fue con su primera esposa, según reporta El Universal , una médico, a quien conoció mientras él estudiaba medicina y con quien el actor se casó poco antes de llegar a la mayoría de edad, que procreó a su primer hijo, aunque el bebé murió antes de nacer.
Posteriormente, conocería a la empresaria Mayte Carol y volvería a contraer matrimonio. La unión duró ocho años y daría como fruto a su hija, la también actriz Valeria Palmer.
Su tercer matrimonio fue con una mujer llamada Lynn Caso y con quien tuvo a su segundo hijo. Sin embargo, el bebé falleció al mes de haber nacido, indica también El Universal.
Tiempo después, Palmer conocería a la actriz argentina Carmen Monge, con quien mantendría una relación de poco más de 25 años, aunque nunca contrajeron matrimonio, y con quien procreó a su hijo Miguel Ángel, quien no siguió los pasos de su padre en la actuación.
Finalmente , el actor mantuvo una relación de más de 15 años con Edith Kleinman, también actriz, y de quien se reportó, por su hija Valeria, que mantenía a su padre en condiciones de maltrato.
Es así como la vida del actor Miguel Palmer estuvo marcada por algunos difíciles momentos en su vida personal, pero con una sólida carrera en la actuación.
Descanse en paz, querido Miguel Palmer.