A pesar de recordarse como una niña enérgica y feliz, Michelle Renaud creció pensando que algo estaba mal con su cuerpo y que sus sueños rebasaban sus capacidades. Sin embargo, a raíz de la llegada de su hijo Marcelo, la actriz ha logrado aprender a aceptarse y confiar en sí misma.
‘Me lastimaba que mis hermanos me molestaran’: Michelle Renaud sobre las inseguridades en su niñez
La actriz asegura que fue durante esa etapa de su vida que surgieron las inseguridades que, años después, la llevarían a ponerse implantes de pecho

Esto fue lo que Michelle nos contó sobre su infancia y el proceso de reconciliación consigo misma que vendría después.
Pregunta. ¿Cómo te recuerdas de niña?
Respuesta. Me recuerdo como una niña alegre, extrovertida y muy aguerrida. Físicamente era una niña muy fuerte. Siempre jugaba futbol entonces tenía las piernas cortadas y cicatrices porque también me encantaba subir a los árboles y siempre me caía. Era muy alta, tenía el pelo castaño claro y era delgada. No me vestían muy ‘ femenina’ (…) me podía poner el uniforme de fútbol como me podía poner una falda.
P. ¿Tenías algún juguete preferido o algún objeto al que le tuvieras mucho cariño?
R. Me encantaba jugar con mis muñecas. Era mucho de jugar ‘a la familia’ con ellas. Y aunque me gustaba mucho el fútbol, creo que había buen equilibrio entre el mundo ‘del niño’ y ‘de la niña’ en mi vida. No hubo nunca esa restricción de “ esto es solo para niños y no lo puedes hacer porque eres niña” o viceversa.
P. ¿Cuando eras niña sentías alguna inseguridad respecto a tu físico? ¿O eso vino con la adolescencia?
Cuando era niña mis hermanos me molestaban mucho. Me decían “Michelín” porque cuando yo era bebé era demasiado gordita y tenía lonjas y ‘llantitas’, entonces decían que me parecía a ese muñeco. Desde ahí mis hermanos se agarraron para molestarme con que yo era gorda. Al principio no me sentía realmente así, pero el que ellos me molestaran sí me lastimaba. Era algo que me representaba inseguridades.
P. ¿Consideras que a medida que fuiste creciendo, esta inseguridad se hizo más grande?
R. Sí, definitivamente . Por eso me operé los pechos, porque no aceptaba mi cuerpo como era.
P. ¿Qué hizo que volvieras a amar de nuevo tu cuerpo e hicieras las paces con estas inseguridades que comentabas?
R. Mi hijo Marcelo. Cuando lo vi dije: “Wow, si esta belleza salió de mí es porque no puede ser otra cosa que no soy yo”. A partir de lo hermoso que es él, entendí que yo soy igual. El amor propio definitivamente sí me lo vino a enseñar Marcelo.
P. Y en cuanto a tu carrera, ¿desde pequeña supiste que querías ser actriz?
R. No, de chiquita quería ser cantante. Lo mejor que me podía pasar en la vida era que todos se fueran de mi casa para poder acomodar a todos mis peluches como público, y echarme mis conciertos. Entre más tiempo sola pasaba, más duraban mis conciertos, y más feliz era.

P. ¿Qué te hizo cambiar el rumbo de querer ser cantante a ser actriz?
R. Que en el canto sí tenía muchas inseguridades. Era mi pasión más grande pero en mi casa cada vez que empezaba a cantar me decían: “cantas horrible, ya cállate”. Mis hermanos eran muy molestones y cuando se dieron cuenta que lo que más me gustaba era cantar, lo hiciera bien o mal, me atacaban siempre por ahí. Nunca me atreví a cantar enfrente de más personas.
P. Una vez que incursionaste en el mundo de la actuación, ¿cuál consideras que fue el obstáculo más grande que enfrentaste para llegar a donde estás hoy?
R. Trabajar la confianza en mí. Creo que en este medio, como en todo, lo más importante y lo que te hace sobresalir es la seguridad que tienes contigo mismo. A mí me ha costado mucho poder reconocer el talento que tengo, mis virtudes. Me pasó mucho que cuando era más chavita, me arreglaba en mi casa para un casting y decía: “Ay, me veo guapísima”. Pero tocaba el estacionamiento de Televisa y me sentía la mujer más fea del mundo porque veía a todas espectaculares alrededor de mí y decía: “No, pues nunca me van a dar el papel”. Entonces tuve que trabajar mucho ese cambio de mentalidad.
P. Para quienes hoy sienten esa falta de confianza en sí mismos ¿qué les recomendarías? ¿qué te funcionó a ti para fortalecer esa confianza?
R. Creo que es un trabajo de todos los días en donde tienes que aprender a hablarte a ti mismo, desde chiquito. Tienes que aprender a verte en el espejo y buscar tus virtudes, no tus defectos. Es un tema de ser generoso contigo, pues cuando te mueves con generosidad, las puertas se te van abriendo. También, se trata de entender que el fracaso es el camino al éxito, y los fracasos que vamos teniendo son fortalezas que vamos adquiriendo (…) Creo que fue justo cuando empecé a ver todo como un aprendizaje, que empecé a tener muchísima seguridad en mí misma.
P. ¿Hubo algún momento en el que tras estos fracasos quisieras 'tirar la toalla'?
R. No, nunca. Sí tuve momentos difíciles, momentos que de pronto me llenaban de inseguridades, pero no. Yo desde la primera vez que toqué un foro sentí tanta emoción, que supe que era ahí en donde yo estaba contenta y feliz. Disfruto tanto mi trabajo, que nunca en la vida he pensado ni pensaría en tirar la toalla.
P. ¿Qué crees que sigue presente de ti cuando eras niña?
R. Creo que algo que nunca perdí es la capacidad de asombro. Siento que a mí me pasan cosas increíbles todo el tiempo porque me doy la oportunidad de verlas. Cuando eres niño, como estás descubriendo el mundo, ves algo nuevo y dices “wow”. Y creo yo sigo teniendo ese “wow”, porque a mí todo me sigue pareciendo increíble.
P. ¿Cómo crees que los estereotipos que se nos imponen nos afectan como sociedad?
R. Afectan en todo porque generan separación. Ese es el problema que tenemos nosotros como comunidad, como humanos, como todo. Deberíamos aprender a observar y respetar el camino de cada quién, dejarlos ser. Yo ahorita que soy mamá no quiero imponerle nada a Marcelo. Por ejemplo mi hijo tiene el pelo largo, y en redes todo el tiempo me ponen que parece niña, y una vez le pregunté a él: “Oye mi amor, están poniendo que pareces niña, ¿qué piensas?” Y me encantó que su respuesta fue: “No me importa, que se lo corten ellos”. Ese niño me da muchas lecciones.
P. ¿Qué mensaje te gustaría darle a quienes lean esto para que logren amarse tal y como son?
R. El mismo mensaje que le doy a mi hijo Marcelo todas las noches: todo lo que buscas y necesitas en la vida, lo tienes tú y lo encuentras en ti, no en las otras personas. Si tienes el deseo de hacer algo, por haber existido ese deseo, quiere decir que dentro de ti está la capacidad de hacerlo, sólo tienes que creer en ti mismo.