Lenny Kravitz le inyecta una dosis de rock a la CDMX
La Arena Ciudad de México puso a Lenny Kravitz a sus pies en el concierto con el que inicia la gira "Raise Vibration Tour 2018".
Como una bocanada de aire fresco o una inyección de adrenalina muy merecida y largamente esperada, así se sintió el concierto que Lenny Kravitz ofreció ante una Arena Ciudad de México prácticamente llena la noche del viernes 13 de abril.
Con “Fly away", “Dig in" y “American woman", Lenny Kravitz arrancó una velada pletórica de sensualidad rockera y recuerdos, y a partir de las 10:00 de la noche -y durante dos horas de show- ya no soltó al público que vitoreaba en parejas, grupos y hasta en familias (con hijos en hombros) la autoridad rockera del artista.
El músico estadounidense de 53 años pagó una deuda de años con el público chilango al hacer un recorrido por sus grandes éxitos y recordarle a una audiencia compuesta en su mayoría por treintones y cuarentones lo que significa ser un rockstar, desde la vestimenta, la actitud en el escenario y la compañía de músicos magistrales, hasta en la forma en que volcó la energía acumulada en escenarios y estudios de grabación por casi tres décadas.
“Siento mucho que me haya tomado tanto tiempo regresar. Pero no se vuelve a repetir. Estaré aquí más seguido”, dijo Lenny Kravitz en una de sus intervenciones ante el alarido del público.
Vestido con prendas de inspiración étnica y setentera como una camisa de tejido calado, un pectoral metálico en tono dorado, un chaleco de lana con flecos y pantalones de campana, Lenny llevó a los presentes a un recorrido por su historia de vida en la música.
Así, hizo retumbar el recinto de Azcapotzalco con temas como “It ain't over ‘til it's over", “Stand by my woman", “Believe” o “I belong to you", que le recordaron a sus fans el largo romance que han sostenido con el intérprete y lo arraigado que están su estilo, sus letras y su voz en las venas de miles de mexicanos.
El momento álgido de la noche llegó cuand o Lenny se despojó del chaleco y dejó ver más piel y músculos de su torso al interpretar “The chamber”, como para recordarle al gentío que todavía las puede como símbolo sexual.
Hacia el final del concierto, destacaron “Where are we runnin’?” y “Let love rule”, para después hacer dos regresos al escenario con “What the fuck are we saying?”, “Always on the run", “Again" y mandar al público cargado de rock de vuelta a casa con “Are you gonna go my way?”.