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Matías mete la pata en su primer día de trabajo como velador y pone en riesgo su empleo

Matías comete un grave error en su primer día y deja pasar al hijo del dueño al edificio donde trabaja, a pesar de tener órdenes estrictas de no dejar entrar a nadie. Lo que parecía un favor inocente se conviertre en una pesadilla, porque los invitados hacen de las suyas y todo se sale de control.