Mientras Cami hace uso del sanitario de señoritas, Bety se da cuenta de que la espían, alejando al alumno que se atrevió a entrar a un sitio prohibido para muchachos.

Las hijas de Rogelio hacen justicia a su padre, honrando su memoria y, aunque Tania es puesta tras las rejas, Cecilia y Teresa saben que Rogelio no fue un santo.

Las hijas de Rogelio luchan por hacerle justicia a su padre, contratando los servicios de Leonardo para que se acerque a Tania y obtenga la verdad sobre lo sucedido.

Tania acusa a Rogelio Sotomayor de haberse sobrepasado, generando polémica en la sociedad que prefiere mantenerse al margen de un caso tan polémico.

Al no encontrar pruebas en su contra, Tania es puesta en libertad, dándose el lujo de regresar al consorcio Sotomayor para exigir una generosa cantidad de dinero.

Rogelio Sotomayor está fascinado con Tania y la asciende de puesto, aunque es advertida por una compañera de trabajo sobre las intenciones que tiene su jefe.