Esther recibe la terrible noticia sobre el fallecimiento de su esposo, quien fue encontrado en la cama de su amante, hecho que permanecerá oculto para no perturbar a la familia del occiso.

Por un momento, las hijas de Braulio dejan a un lado sus diferencias, notando que el padre de ambas dedicó su vida a dar lo mejor a las dos familias que mantenía.

Debido a que no dejó testamento, comienza el proceso legal de la herencia de Braulio, el hombre que procreó a cuatro hijos, dos con su esposa y dos con su amante.

Roberta se entera de la verdad que ocultaba la familia, al creer que Braulio fue su padre biológico, quien fue obligado a casarse cuando supo que Esther estaba embarazada.

Desde que Bernabé se fue a trabajar al extranjero, Lucha se siente ama y señora de la casa, ordenando a Doña Lidia que duerma alejada de Cynthia, Luisa y Francisco.

Lucha se queda con el dinero que Bernabé envía a la casa, pero Doña Lidia no se queda con los brazos cruzados, haciéndose cargo de ella misma y de los nietos que ama tanto.