¿Cómo saber si tienes un 'perrhijo'? Hay algunas señales que te delatan: tus quincenas ya tienen dueño, tu fondo de pantalla es una foto suya y aprovechas cada reunión para contar sus últimas travesuras.
11 cosas que sólo quienes tienen un 'perrhijo' entenderán (gastas más en él que en ti)
Tener una mascota no es lo mismo que tener un ‘perrhijo’ y estas cosas solo las entienden quienes ven a su 'lomito' como compañero de vida.
No, no tienes un hijo, pero eso no impide que te sientas como la mamá o el papá de ese 'peludito' que hace tus días más felices. Te presentamos 11 cosas que sólo quienes quieren a su perro como a un miembro de la familia entenderán. ¿Con cuántas te identificas?
#1 Nunca imaginaste lo importante que sería en tu vida
Quizá siempre habías querido tener un perro o, por el contrario, al inicio te rehusabas. Sin importar cómo haya empezado su historia, conforme más tiempo pasas a su lado crece el lugar que ocupa en tu corazón y tu vida.
Un día, sin que te des cuenta, ya duerme en tu cama, tienes miles de fotos suyas y tu vida prácticamente gira a su alrededor.
#2 Lo sacas a pasear aunque estés agotado (y eso te hace feliz)
Claro, es necesario que dé su paseo diario para que haga ejercicio, pero esa caminata representa mucho más. No nos engañemos: tú disfrutas ese momento tanto como él. Tardes nubladas, mañanas soleadas o noches corriendo para evitar la lluvia… sin importar el clima o qué tan cansado estés, ese paseo juntos es uno de los mejores momentos de tu día.
#3 Trabajas para que tu 'perrhijo' tenga lo mejor
Quincena tras quincena, tienes un objetivo: comprarle a 'Firulais' sus croquetas ‘premium’, una camita nueva (más cómoda y linda que la anterior) o ropa para perro que lo proteja del clima (y que lo haga lucir adorable).
Es más, tu ‘perrhijo’ tiene más juguetes de los que tú tuviste en tu infancia (bueno, casi). Además, ha ido a más ‘spas’ que tú, sus consultas veterinarias son más costosas que las de tu médico y, aunque no tienes ni idea de dónde está tu cartilla de vacunación, definitivamente la suya está al día.

#4 Haces planes solo en lugares que sean ‘pet-friendly’
Tu ‘perrhijo’ va contigo a todos lados: centros comerciales, parques y hasta vacaciones, por lo que todos los lugares que frecuentas deben contar con instalaciones aptas para perritos. No importa si eso implica gastar más o ir más lejos, tu 'suave lomito' siempre te acompaña.
#5 Hablas con él y sus conversaciones pueden ser más profundas que con una persona
“Perdón”, “salud”, “disculpa”, entre otras frases se escuchan frecuentemente en tu casa, aunque no haya otro ser humano. Por supuesto, todas se las dices a tu ‘perrhijo’.
Y qué decir de todos los problemas que le cuentas, ¡es como tu terapeuta perruno! Solo que, en vez de cobrarte en cada sesión, le ofreces un premio por haber escuchado 80 veces la misma historia.
#6 Te sigue a todos lados y eso no te molesta (¡incluso al baño!)
Quienes tienen un 'perrhijo' saben muy bien que tendrán un acompañante todo el tiempo: en la cocina, la recámara, incluso hasta la puerta del baño. Cuando termines de ducharte, lo primero que verás al salir será su tierna carita esperándote ¿o no?

#7 Muchas cosas te pueden dar asco, pero no sus besos
Sabes perfectamente dónde ha estado su lengua, pero una sesión de sus 'besitos perrunos' es una de las mejores maneras de alegrarte en un día triste.
Además, ya no te da (tanto) pesar limpiar todo lo que hace y no tienes problemas en que tu ropa, tus sillones o tu cama estén llenos de sus pelitos.
#8 No puedes resistir convidarle de tu comida
Por más que lo intentas, no puedes evitar darle una 'probadita' de tu comida. Basta con que te mire un momento con sus adorables ojitos para que tú caigas en la tentación y le des un bocado.
Eso sí, primero buscas en Internet si es seguro compartirle ese alimento, pues lo que menos quieres es arriesgar su salud (recuerda que el chocolate está prohibido si estás pasando tiempo a su lado).
#9 Se entienden sin palabras
Tu 'perrhijo' no habla y tú no ladras, pero eso no impide que se comuniquen. Aunque la ciencia no lo ha demostrado, sabes que él te entiende cuando le hablas.
Además, busca la manera de darse a entender: miradas, saltos, aullidos... tú sabes muy bien qué significa cada gesto y cómo debes responder. Comprendes cuando tiene frío, está asustado, quiere jugar, etc.

#10 Se ha convertido en la estrella de tus redes sociales
Tu ‘feed’ está lleno de imágenes de sus momentos más memorables: ustedes dos en el parque, modelando el último suéter que le compraste (puntos extra si combina con uno tuyo) o la última tendencia graciosa de TikTok.
Incluso, puede que hayas considerado crearle su propio perfil en alguna red social, pues estás ansioso por presumirle al mundo lo adorable que es. Has publicado tantas fotos y videos de él o ella, que tus amigos ya lo conocen a la perfección y celebran sus ocurrencias con muchos 'likes'.
#11 Sabes que no es tu hijo, pero sí es tu familia
Entiendes muy bien que un perro no es lo mismo que un hijo, pero tú sí te sientes como su mamá o su papá. ¿Por qué? Simple: lo quieres, lo cuidas, lo educas y harías cualquier cosa por su bienestar.
Te da igual si la gente lo entiende o no, si te critican o se burlan, para ti no hay mejor palabra que defina su hermosa relación: 'perrhijo'.