El cielo no es azul: revelan el verdadero color y la misteriosa razón por la que no podemos verlo
¿El cielo es violeta y no azul como siempre lo hemos visto? Revelan cuál es el verdadero color del cielo y por qué al ojo humano no se puede percibir.
El planeta Tierra y el universo entero aún tienen misterios que esconder que van desde las cosas más complejas como agujeros negros, la existencia de otros mundos o el verdadero detonante de la vida en el planeta, hasta cosas que creemos tan simples como el color del cielo.
¿Cuál es el verdadero color del cielo?
Aunque desde que tenemos uso de razón hemos visto, en su mayoría de tiempo, que el cielo cuando está despejado es color azul, resulta que no es así.
La ciencia es la responsable de lanzar explicaciones en las que se involucran fenómenos físicos como la dispersión de Rayleigh que se da cuando la luz, en este caso la del sol, viaja a través de gases, líquidos y sólidos, o, por ejemplo, a través de la atmósfera.
Aunque la luz del sol es blanca, realmente está compuesta por varias tonalidades que se pueden observar en el arcoíris y que es conocido en el mundo de la física como espectro electromagnético.
Los colores se separan cuando la luz convive con partículas y moléculas presentes en la atmósfera que da como resultado la dispersión, las ondas más cortas, en este caso las violetas, se esparcen por todos lados hasta llegar a la vista humana.
¿Por qué no podemos ver el color violeta en el cielo?
Sin embargo, aunque es el color violeta el que predomina y en teoría tendríamos que ver el cielo en este tono, el que lo percibamos azul, aseguran medios digitales como ‘20 minutos’ y ‘La razón’, tiene que ver con la formación del ojo humano y la percepción del color.
Y es que, resaltan, el ojo humano tiene dos células fotorreceptoras: conos y bastones, el primero responsable de la visión de día y los colores; y el segundo, de la visión de noche y los tonos en blanco y negro.
Respecto a los conos hay tres en su tipo, uno sensible a la luz roja, otro a la azul y otro a la verde. Esto significa que su función no solo se activa ante un color determinado, sino que emite señales al cerebro de interpretación cuando se exponen a otros colores, aunque en menor intensidad.
Sin embargo, no hay un cono para identificar el color violeta, aunque es la onda más corta que debería dispersarse más, por lo que es recibido por los tres conos de colores de una manera más débil.
En resumen, cuando las ondas de color violeta llegan a nuestra vista, es recibida por el cono sensible a la luz azul, debilitando la presencia del violeta y emitiendo una interpretación al cerebro de color azul.