Tony confiesa que cometió el crimen de privar de la vida a Irene, a quien se le haría justicia y jamás será olvidada.

Los secuestradores que se llevaron a Irene exigen un millón de pesos para que sea liberada y pueda regresar a casa.

El novio de Irene pierde el control, al cuestionarla por su manera de vestir y agrede a quienes están cerca de ella.

Irene está en estado de indefensión y Tony se aprovecha de la situación para desatar su furia.

Lacho trata de recuperar su papelote y al escuchar el llanto de una niña, se acerca para consolarla y presentarse ante ella.

Heidi es rechazada por su madre, quien cree que debido a su alcoholismo, su hija nació con el impedimento para ver.