Tras 12 años transcurridos, Fausto se convierte en el director de teatro en la escuela donde asiste Adolfo, quien también está involucrado con una pandilla como su padre.

Tras un incidente con la pandilla, Fausto salva la vida de su hijo, agradeciendo que tuvo la oportunidad de encontrarlo y confía en que corregirá el camino para ser buen hombre.

Fausto no quiso estudiar más y embaraza a Rosa, quien lo recibe en su casa junto a su familia, pero anda en malos pasos con los maleantes del barrio que roban.

Mientras purga condena tras las rejas, Rosa le informa a Fausto que no volverá a saber de su hijo, provocando la ira del joven que aún no es mayor de edad.

Verónica confía en ʻAldoʼ para adquirir el celular que tanto desea y conocerlo en persona, pero es una trampa que compromete su imagen y el bienestar de sus padres.

Gracias al apoyo de los agentes Suárez y Gurrola, Verónica está sana y salva, detallando lo que sucedió cuando conoció al sujeto que se hacía pasar por ʻAldoʼ en internet.