Beatriz es juzgada por los vecinos y no permiten que siga viviendo en la misma unidad habitacional.

Tras una investigación, Milagros conoce a su madre, quien le revela el origen de su historia de vida.

Gracias al apoyo de su madre, Rita recapacita y pone en evidencia al muchacho que jugó con sus sentimientos.

Rita está empeñada en estar cerca de Domingo, el compañero de la escuela que no se cansa de hacerla a un lado.

Rita solo tiene ojos para Domingo, quien toma ventaja de la situación y permite que hagan lo que a él le corresponde.

Marta está fascinada con Alberto, quien le agradece lo que ha hecho por él con una noche juntos, pero después muestra indiferencia.