Chisca es hermana de Miguel, es desbordante, intensa, expansiva, por momentos descontrolada. De naturaleza rebelde, adicta a la cocaína, cleptómana, excesiva.
Chisca roba, pero no por el deseo del objeto, sino por la adrenalina que le provoca el acto. Una vez que tiene lo que quiere lo regala al primero que ve en la calle. Hay algo salvaje en ella, es una fuerza de la naturaleza. No acepta que le digan cómo vivir su vida. No le gustan los rodeos, va de frente y dice lo que piensa, no es políticamente correcta ni hipócrita.
Sin embargo, bajo ese aspecto avasallante se esconde una persona frágil y vulnerable. Al igual que Miguel, tras la muerte de sus padres fue enviada al exterior como interna en una costosa escuela de Madrid.
A los 16 años conoció a Valentín, el íntimo amigo de Miguel, que lo acompañó en un viaje desde la universidad para visitar a su hermana. Ese encuentro fue determinante en su vida y la cambió para siempre, aquella niña alegre, confiada y dulce desaparecería irremediablemente. Miguel dejó a Chisca al cuidado de Valentín y él abusó sexualmente de ella y la inició en el mundo de las drogas.
Este tremendo episodio trajo varias consecuencias en su vida, por un lado un resentimiento feroz hacia su hermano a quien culpa por haberla dejado en manos de Valentín y por el otro el deseo de venganza contra ese hombre que la engaño y la forzó sin escrúpulos.
Pese a todo, Chisca es muy afectiva y generosa. Adora a su abuelo y a su hermano menor Jorge a quien también protege.