A pesar de sentir el apoyo de personas que lo quieren, Christopher se siente solo y desea formar una familia, depositando sus esperanzas en la edecán que conoció en un antro.

Mientras Cristopher está fuera de casa, Augusta se desentiende de su bebé, al no cambiarlo ni asearlo cuando lo necesita, siendo sorprendida por Ronaldo y sus padres.

A pesar de sentirse atraído por Mía y de estar consciente de la situación que vive en casa, Christopher se rehúsa a terminar con la relación que tanto tiempo estuvo buscando.

Por más doloroso que sea, es necesario que Cristopher sepa que el pequeño que estuvo con él durante un par de años no era su hijo, sino del exnovio y amante de Augusta.

Giovanni descubre que Bárbara estuvo buscando trabajo en otros despachos de arquitectura y le advierte de manera pasivo-agresiva que le cerrará todas las puertas.

Bárbara quiere seguir trabajando en la empresa de su ídolo, pero se da cuenta de que no puede estar cerca de un monstruo que solo le ha provocado estrés, ansiedad y mucho terror.