Al convertirse satisfactoriamente en madre de una bebé sana, Frida no guarda rencor en su corazón, perdonando a quien quiso como una hermana y a su difunto esposo.

Tras un incidente que le llevó al hospital, Frida recibe la noticia de su embarazo, pero su mayor temor es que la bebé herede la misma enfermedad que ella porta.

Tras recibir un diagnóstico inesperado, Patricia denuncia a Agustín, quien cumplirá condena en prisión por haber cometido un delito contra la mujer que supuestamente amaba.

Al no obtener lo que quiere en casa, Agustín se refugia en los brazos de otra mujer, pero Patricia ha tolerado demasiado y toma la decisión de separarse del padre de sus hijos.

Por más que se resista, Patricia sede a los deseos de Agustín, quien no tiene delicadeza con su esposa ni otorga a las mujeres el lugar que merecen.

Al darse cuenta de que existen señales de alerta, Ángela le pide a su madre que ponga un alto a la situación que vive con Agustín, pero no quiere aceptar la gravedad del asunto.