Desde que Bernabé se fue a trabajar al extranjero, Lucha se siente ama y señora de la casa, ordenando a Doña Lidia que duerma alejada de Cynthia, Luisa y Francisco.

Lucha se queda con el dinero que Bernabé envía a la casa, pero Doña Lidia no se queda con los brazos cruzados, haciéndose cargo de ella misma y de los nietos que ama tanto.

Al enterarse de lo que sucedía con su suegra e hijos, Bernabé regresa a casa para tomar el control del que se había apoderado Lucha, quien solo pensaba en ella y en su hija.

Tras varias molestias durante el embarazo, Ingrid es trasladada al hospital, donde le es informada a la familia que la esposa de Efraín y su hija están sumamente delicadas.

Mientras Efraín e Ingrid se realizan como pareja, Micaela está al pendiente de sus movimientos, deseando que la bebé que viene en camino no logre ver la luz.

Micaela pierde la cordura con su amiga y compañera de universidad, tachándola de lo peor por conversar con Efraín, quien realmente está interesado en conocer a Ingrid.