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Resumen capítulo 4 Familias Frente al Fuego: viscosos pero sabrosos

Los desafíos de este capítulo dieron tanto asco que hicieron dar arcadas a los jueces y a las familias.
Publicado 4 Ago 2019 – 10:21 PM EDTActualizado 8 Ago 2019 – 10:55 PM EDT
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Llegó ya la mitad de la contienda de Familias Frente al Fuego y los desafíos cada vez se ponen más intensos. Para el primer reto del capítulo, las familias prepararon tamales, nada que no pudieran hacer bien. Nunca esperaron lo que venía más adelante.

Por más común que sea este platillo, para algunas familias, como las Merino, que nunca antes habían preparado tamales, este desafío representó un gran reto. Hubieron algunas recetas interesantes, como los tamales canarios de la familia Toledo, que en vez de estar preparados con harina de maíz, la mezcla se hace con harina de arroz. Las mejores recetas fueron de los Nahum, con sus tamales verdes con pollo, tamales dulces de nuez y un original atole de moras: zarzamoras, frambuesas y moras azules. Como ganadores del reto, los Nahum tuvieron derecho a otro comodín, el de ayuda.



Para el segundo reto, la chef experta en cocina oaxaqueña, Celia Florián entró a las cocinas para enseñarles a las familias dos técnicas ancestrales que debieron usar para preparar sus platillos: moler a metate y curar el comal de barro. Pero la dificultad en sí no estuvo en aprender a ejecutar estas técnicas, sino a crear platillos con carnes silvestres exóticas, como jabalí, venado, conejo y rata de campo. Las Merino corrieron con la mala suerte de contar con este último ingrediente. Cocinar rata definitivamente desconcertó a las tres hermanas y causó algunas arcadas en la cocina. Mientras tanto, los Nahum hicieron uso de su comodín y solicitaron la ayuda del chef Carlos para preparar la carne de jabalí que les tocó en el reto.



Por último, Inés presentó un desafío imposible: cocinar con insectos. Muchos mexicanos ya hemos probado con anterioridad chapulines o gusanos de maguey, pero para el menú de estas familias hubo rarezas como chicatanas, escamoles y acociles, por no decir los más extraños (y asquerosos) como escorpiones y cocopaches. El reto fue tan extraño que prácticamente ninguna de las familias logró cocinar un platillo comestible, excepto los Toledo quienes cocinaron escamoles a la mantequilla servidos en tuétano, gusanos de maguey en cucuruchos de guacamole; sal de gusano con chiltepil y salsa de chile serrano.
Los jueces también estaban tan confundidos por el desafío que decidieron darle inmunidad a todas las familias. Nadie fue eliminado de la competencia.


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