Mateo no tiene ni idea de que la persona que lo extorsiona es su “mejor amigo”, en quien confía todo, y a quien quiere como si fuera un hermano.

Aunque aparenta apoyarlo, Sebastián comienza a manipular a los demás para hacer quedar mal a Mateo. Su amistad se transforma en una máscara detrás de la cual esconde sus verdaderas intenciones.

Mateo tiene una vida envidiable, una familia unida y de dinero, buenas calificaciones y el respeto de todos. Pero su brillo provoca en Sebastián una envidia que, poco a poco, se convierte en un sentimiento peligroso.

La vida finalmente le hace justicia a Rocío. Su mamá enfrenta las consecuencias por haberla descuidado, mientras la alumna que intentó hacerle daño también recibe su castigo. Gracias al apoyo del maestro Miguel y de su mamá Consuelo, Rocío logra recuperar la confianza, el amor y la esperanza que le habían arrebatado.

Al conocer su historia y todo lo que vive Rocío, el maestro comprende que detrás de su silencio hay una niña herida que solo necesita apoyo y comprensión.

Rocío encuentra en el maestro Miguel y en su mamá el apoyo y cariño que no tiene en casa, pero las envidiosas de su salón malinterpretan su relación con el maestro y lo acusan injustamente de ser un “cochino” que quiere algo con su alumna.